En el Instituto de Finlandia hemos decidido dedicarle un espacio en nuestra página a entrevistas que presenten a nuestros seguidores algunos personajes y fenómenos interesantes. La serie la inaugura una entrevista a Marjo Ikonen, actriz finlandesa residente en Madrid desde el año 2003 y cofundadora de la compañía de teatro Ilmatar.
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¿Podrías presentar la compañía de teatro Ilmatar?
Ilmatar es una compañía de teatro profesional hispano-finlandesa, que presenta en España literatura dramática finlandesa en español, y así difunde la cultura finlandesa entre los españoles. También hacemos lo mismo al revés: llevamos tesoros españoles al público finlandés. Por ejemplo, el verano pasado presentamos El Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, de Federico García Lorca en Finlandia. Yo represento la parte finlandesa de Ilmatar y el director José Herrero, la española. Ambos somos los fundadores de Ilmatar, sus únicos miembros permanentes y los responsables artísticos, administrativos y de producción. Elegimos cada drama según nuestros propios criterios artísticos, y para realizarlo buscamos el grupo de trabajo, la financiación y los espacios para ensayar y actuar. Además, nos encargamos del marketing y de las ventas de nuestras presentaciones.
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¿Cuándo viniste a España y cómo empezaste a hacer teatro?
Vine a España en el 2003, en un intercambio Erasmus para estudiar actuación en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático). Allí conocí a José Herrero, que estudiaba dirección, y me quedé. Nos caímos perfectamente tanto artísticamente como personalmente y ¡fíjate! ya llevo casi siete años trabajando y viviendo aquí en Madrid.
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¿Cómo ha recibido el público español el teatro con influencias finlandesas?
La recepción ha sido muy buena. Para muchos espectadores, nuestras producciones han sido el primer contacto con los dramas finlandeses y se han quedado sorprendidos de que en Finlandia haya textos tan estupendos desconocidos para ellos. La dramaturgia finlandesa es aún poco conocida en España y estamos entusiasmados por la actitud agradecida e interesada de los españoles. Así podemos traer algo único y excepcional a los escenarios españoles. Hay que decir, sin embargo, que los dramas finlandeses todavía no son realmente un éxito de ventas. Se necesita mucho trabajo para sacar adelante cada producción, pero las buenas reacciones de los espectadores nos motivan a continuar y a confiar en que hacemos un trabajo valioso y unas producciones interesantes y emocionantes.
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¿Recibís mucho respaldo en Finlandia?
Desgraciadamente no. No obtenemos apoyo permanente a nuestro funcionamiento desde Finlandia, y tampoco desde España. Solicitamos subvenciones para cada proyecto de los dos paises y esperamos que nos las otorguen. En el 2007 recibimos una subvención del comité teatral de Finlandia para realizar nuestra primera producción y luego hemos obtenido ayudas de la embajada de Finlandia en España para realizar proyectos en Finlandia.
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¿Cuál ha sido la experiencia más memorable de teatro en España?
Todos los estrenos de Ilmatar han sido experiencias memorables e importantes. Cada producción exige tanto esfuerzo, sobre todo por los escasos recursos económicos, que conseguir el estreno parece un verdadero milagro. Quizás lo haya sido nuestra primera producción, el estreno de una adaptación de Runar y Kyllikki, de Jussi Kylätasku en el 2007, que fue de extraordinaria importancia para mí. Representé el papel de Kyllikki, lo que desde hacía mucho tiempo había sido mi sueño. En todas formas, marcó el comienzo de Ilmatar. Además, he tenido la suerte de trabajar con otros directores también, como por ejemplo con Juan Gómez y Andrés del Bosque, de la mano de éste último en la producción Orgias, hice mi primer papel hablado en español en el 2005, lo que me dio confianza para poder actuar en un idioma que no sea finés. Fue una experiencia muy importante.
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¿Cuáles son las diferencias entre el teatro finlandés y español?
Hay que decir que lo bueno en Finlandia es que por allí se aprecia más al teatro como arte enriquecedor de la sociedad y de la vida. En España, el teatro suele ser más entretenimiento y más comercial. España es más un país de fútbol y de comedias ligeras. Los actores conocidos por la televisión atraen el interés del público hacia el teatro también, y eso importa más que criterios más profundos y artísticos. En España no hay tantas compañías institucionalizados como en Finlandia. Los teatros no se identifican con un espacio determinado, sino que hacen producciones y las difunden en varios lugares, tanto en Madrid que en otras partes del país. En pocos teatros hay una plantilla fija. La diferencia entre los grandes teatros comerciales y los grupos más pequeños como Ilmatar es inmensa. El dinero y las conexones personales importan más que los méritos artísticos. Las subvenciones fijas son casi obsoletas, con lo cual los grupos pequeños tienen que dejarse la piel luchando por establizarse. En mi opinión, lo mejor del teatro en Madrid son los festivales, que se organizan con mucho dinero y donde actuán grupos extraordinarios de todas partes del mundo.
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¿Cuáles son los proyectos siguientes de Ilmatar?
El mayor proyecto del futuro va a ser Purga, de Sofi Oksanen. Lo vamos a realizar en cooperación con un gran productor del teatro del norte de España. Gracias a esta obra, tendremos una estupenda posibilidad de difundir el drama finlandés a un público aún más amplio, y va a ser nuestra producción más grande hasta ahora. Además, el otoño que viene vamos a hacer una fantástica obra de Elisa Salo dirigida a adolescentes llamada Peligro de Explosión, que se estrenará en octubre. También he traducido al finés Hamel, un exitoso texto de Juan Mayorga, uno de los dramaturgos modernos más conocidos de España. Esta obra se producirá en Finlandia en noviembre, si se consigue la financiación del proyecto.
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Entrevista de publicación libre con permiso del Instituto Iberoamericano de Finlandia