Con motivo del estreno en España de Divorcio a la Finlandesa (en finés, Haarautuvan rakkauden talo), su director, el finlandés Mika Kaurismäki, ha pasado por Madrid y dado una rueda de prensa a la que asistió el Instituto Iberoamericano de Finlandia, y en la que el prolífico realizador demostró su sentido del humor y respondió a las preguntas de los medios.
Divorcio a la Finlandesa habla de la familia, pero la familia de la película no se parece mucho a la imagen que tenemos en el sur de Europa de una familia finlandesa.
La institución de la familia en Finlandia ha cambiado en los últimos 40 años. Antes la gente vivía en el campo, ahora las personas son más independientes. La película sirve un poco para criticar este cambio de valores, pues, al final, la familia es lo más importante.
Hacía mucho que no rodaba en Finlandia.
Sí, llevaba mucho tiempo sin hacer una película finlandesa, rodé la última en el 1991. Quería hacer una película en Finlandia y pensé: mira, no voy a hacer otra cosa hasta que no ruede allí. Estuve buscando una historia en la que pudiera trabajar con muchos actores finlandeses y también con diálogos en finés, pues hacía muchos años que no dirigía en finés. Ha sido divertido. Además, en esta película tuve la ocasión de mezclar muchas cosas: comedia, historia de amor, policíaca,…
El título que le han dado en castellano posee un claro paralelismo con Divorcio a la italiana.
Cierto que me inspiraran la comedia italiana y Mastroianni, pero también Lubitz, Wilder, Preston Sturges, y la comedia disparatada.
¿Cómo nace el tema de la película, una pareja que se separa pero que vive junta en la misma casa?
Divorcio a la finlandesa está basada en una novela, la primera de un joven escritor amigo mío llamado Petri Karra. Él me pidió que fuese su editor. Nada más leer las primeras páginas, pensé que sería una buena película. Ha sido un proceso muy interesante, pues empecé a escribir el guión mientras él escribía la novela, así que la película influyó también sobre la novela. Se trata de una historia verdadera en el sentido de que todos los personajes existen. Cuando Petri Karra escribió la novela, circulaban noticias sobre la mafia estonia y rusa. De hecho, el personaje de Wolffi, está inspirado en un amigo del escritor que acababa de salir de la cárcel.
Si la acción hubiera ocurrido en invierno, ¿cómo hubiera afectado al ambiente de la película? ¿Hubiera sido más claustrofóbico?
Por supuesto. En invierno la gente vive en el interior, tenemos muy pocas horas de luz. Por eso la mayoría de las películas se ruedan en verano.
En el Sur se tiene la imagen de que los finlandeses no saben expresar los sentimientos pero en la película los personajes gritan, lloran,.. . ¿Ha influido la perspectiva brasileña o ha habido un cambio en Finlandia en estos 20 años que usted ha vivido fuera?
Yo llevo los últimos 20 años en Brasil, y por supuesto he cambiado mi punto de vista sobre Finlandia y el mundo en general. Ahora puedo ver Finlandia de un modo más objetivo. Antes, cuando vivíamos en el campo, no nos comunicábamos tanto oralmente. El vecino más próximo podía encontrarse a 20 kilómetros por lo que no estábamos acostumbrados a hablar. Ahora, los finlandeses estamos aprendido. También Nokia nos ha enseñado. Las cosas han cambiado mucho. Antes la población era más homogénea y hoy, por ejemplo, hay más extranjeros. Hace 20 años resultaba difícil ver personas de otros países, por ejemplo de África.
El cambio al que se refiere, la aparición de personas de otros países se ve en una escena de la película: Juhani acude al trabajo, sube por las escaleras y al mismo tiempo bajan dos mujeres somalíes con un carrito de bebé.
Sí, ese momento es precisamente un homenaje a Eisenstein, a la famosa secuencia delAcorazado Potemkin.
Su película es una comedia, ha sido vista en varios países europeos. ¿Se ríen los espectadores de otros países en las mismas escenas?
Se nota que es una comedia y el público se ríe en todos los países, pero no siempre con las mismas cosas. Además, las mujeres se ríen en diferentes escenas que los hombres.
Ha realizado bastantes películas en los últimos años.
Como cineasta, cuando se me para el motor, me cuesta volver a arrancarlo, así que es mejor dejarlo encendido. A mí me resulta más fácil hacer dos películas en un año que una cada dos.
Siendo tan prolífico, ¿le afecta la crisis?
En tiempos de crisis, el cine y la cultura en general se hacen más importantes para la gente. Por suerte, la crisis no ha afectado tanto al apoyo estatal a la industria finlandesa del cine. Además, yo soy un director barato. El año pasado, por ejemplo, rodé una película en 5 días. El año que viene voy a hacer un largometraje de época, sobre la reina Cristina de Suecia, y ese tipo de película es muy cara; ahí sí que veo la crisis.
¿Cómo ha sido reencontrarse con el actor Kari Väänänen?
Kari es como mi hermano, siempre resulta divertido colaborar con él. Por su parte, él trabaja mucho pero sigue siendo un realizador de cine bastante popular en Finlandia.
¿Qué opinión tiene de los festivales?
Hay muchos festivales, quizás demasiados. Para muchas películas pequeñas, los festivales se han convertido en una vía de distribución. Normalmente, éstas no conseguirían salir al circuito comercial, pero gracias a los festivales, pueden viajar. Personalmente, al que más voy es al de Berlín y al de Toronto. En Venecia he estado una vez, tenían buena comida.
¿Qué importancia da a la arquitectura? ¿Es la casa otro personaje de la película?
Sí, de hecho yo estudié arquitectura antes de dedicarme al cine. Fui a Alemania a estudiar arquitectura pero en seguida me cambié a la escuela de cine. No se lo dije a mis padres, así que ellos pensaban que seguía estudiando. Ahora, claro, ya les parece bien. En mis películas, la arquitectura siempre ha sido muy importante. Como joven cineasta me fijaba mucho en el paisaje arquitectónico. Cuando encuentro un lugar bonito, escribo una escena. En los primeros años, preparaba el encuadre y luego colocaba a los actores; quizás es que los tenía miedo. Ahora trabajo de modo distinto, empiezo ensayando con los actores y luego coloco la cámara.
Entrevista de publicación libre con permiso del Instituto Iberoamericano de Finlandia