El festival Kolibri, un evento que promueve el plurilingüismo en Finlandia a través del arte, le dedicó en 2018 una muestra especial de su proyecto multicultural a la ilustradora brasileña Yara Kono, que visitó el páis nórdico para mostrar su trabajo.
¿Cuáles son los elementos más importantes de su trabajo? ¿Cómo se refleja su historia personal o la multiculturalidad en general?
Para mí, el álbum ilustrado es un objeto muy preciado. Soy una gran fan y lectora de este formato desde que puedo recordar. En un libro no existen las fronteras. Todos los ingredientes son importantes. Leo la portada y contraportada, las guardas… lo ojeo de atrás a delante, de delante a atrás. Lo disfruto numerosas veces. E imagino que muchos lectores hacen lo mismo. Por eso es difícil apuntar cuál sería el elemento más importante, pues el conjunto de buenos ingredientes es lo que hace nacer un buen libro ilustrado. No obstante, hay un ingrediente primordial… la idea, el concepto. Sin ese ingrediente no surge un buen libro. Los libros que ilustro recogen referencias de mi vida, de mi día a día y mi herencia cultural (mi padre es japonés, yo nací en Brasil y vivo en Portugal desde hace casi 18 años). Incluso los contamino añadiendo elementos de libros anteriores, sobre todo cuando se hacen a continuación. Creo que esto ocurre de manera prácticamente involuntaria.
¿Dónde se inspira o saca esas ideas para los nuevos libros?
Tengo el privilegio de escoger, siempre que es posible, el tema y los textos que ilustro, algo que en este campo no siempre es posible. Los libros de los cuales soy autora al 100% se inspiran en ideas que forman o han formado parte de mi vida y con los cuales tengo una conexión afectiva. Batata chaca chaca sugió porque me gusta cocinar. No es que sea una buena cocinera… estoy lejos de serlo, pero ¿por qué no llevar la encimera de mi cocina a las páginas de un libro y pedirle al lector ayuda para preparar algunos platos? El libro termina siendo casi un laboratorio, donde el nivel de interacción y lectura varía mucho de lector a lector. Telefone sem fio, que saldrá en breve, tiene como hilo conductor una broma llamada teléfono roto, a la que jugaba mucho cuando era niña. Es mi manera de celebrar la amistad, pues sin amigos este libro/broma no existiría. Cem sementes que voaram, con texto de Isabel Minhós Martins, tiene como tema la fuerza y la inteligencia de los árboles y la naturaleza, un tema muy querido para mí.
¿Cree que es más sencillo comunicar con imágenes o con palabras? ¿Es más fácil comunicar con imágenes a los niños que a los adultos?
Existe un hilo que separa la imagen de la palabra. Ambas comunican y creo que puede resultar complejo para unos y más fácil para otros. Para mí es más sencillo comunicar a través de la imagen. Pienso que no existe límite de edad, un lector es un lector, y cada uno hace su interpretación de la imagen o de la palabra. Pero me fascina cuando veo a un niño desarrollando innumerables narrativas teniendo como punto de partida un libro sin texto. ¿No es maravilloso?
¿Conoce la literatura nórdica y su ilustración para niños?
No conozco tanto la literatura nórdica, pero, como decía, un libro no tiene fronteras, siempre hay algo nuevo o fantástico que experimentar como autor y lector, sea su procedencia América del Sur, Asia o el Norte de Europa.