La artista madrileña Lucía Lorén emprende una residencia artística en Finlandia como parte del programa Oulu2026, coordinado en Madrid por el Instituto Iberoamericano de Finlandia. Su trabajo, atravesado por una mirada ecofeminista y una profunda conexión con el territorio, dialogará con el paisaje natural y humano del norte europeo. En esta entrevista, Lucía comparte sus expectativas, su trayectoria en residencias anteriores y los primeros pasos de su colaboración con la artista finlandesa Johanna Pöykkö, con quien prepara una exposición conjunta que verá la luz en 2026, año en que Oulu será Capital Europea de la Cultura.
¿Podrías contarnos algo sobre tu trabajo y qué te inspira?
El desarrollo de mi práctica artística está vinculado a la creación de narrativas que subrayan las relaciones de equilibrio entre los seres humanos y su entorno, desde un enfoque ecofeminista. Mis propuestas de creación, en muchas ocasiones, se abren a distintas formas de interacción con la población local, ya sea a través de prácticas colaborativas o mediante el aprendizaje de las tradiciones artesanales locales. Mis proyectos artísticos revisan una cultura material que busca minimizar la generación de residuos mediante el uso de recursos locales y renovables.
Es tu primera vez en Finlandia. ¿Qué tipo de expectativas tienes? ¿Y cuáles son tus planes?
Sí, es la primera vez que viajo a Finlandia, y también la primera vez que me desplazo tan al norte de Europa. Mis expectativas pasan por dejarme empapar por el lugar, su paisaje y su gente. Estoy abierta a todas las posibilidades que surjan, especialmente aquellas que me permitan estar en contacto y conectarme con la naturaleza finlandesa. Entre mis planes está poder pasear, sentir y establecer un vínculo con el paisaje de Ii. También me encantaría conocer a personas y artistas que trabajen en torno a las artesanías locales, y aprender de sus formas de hacer con materiales vernáculos. En particular, me interesa mucho el trabajo con la corteza de abedul, que ha dado lugar a numerosos utensilios mediante muy diversas técnicas de uso.
¿Has participado anteriormente en residencias artísticas? ¿Cómo han influido en tu creatividad y práctica? ¿Qué aportan?
Sí, he participado en muchas residencias artísticas en los últimos años. Pero, en general, en ellas he desarrollado un proyecto concreto planificado previamente que, si bien es una oportunidad muy favorable para llevar a cabo ideas, no siempre permite un espacio para la experimentación y la apertura hacia otros lugares y maneras de hacer. En esta ocasión, creo que sí voy a disponer de ese espacio de experimentación, que me aleja de mis rutinas, paisajes y materiales habituales, y me permitirá conectar con otra realidad, otra cultura y otro entorno. La distancia y la inmersión en una cultura tan diferente pueden ser el germen de una activación hacia nuevas formas de estar, hacer y relacionarnos. En este sentido, me gustaría destacar una residencia que realicé en Tucumán (Argentina) hace ya 26 años. Esa experiencia permeó profundamente mi práctica artística y mi relación con la naturaleza, y ha sido uno de los momentos clave de mi vida.
Vas a colaborar con Johanna Pöykkö. Ya os habéis conocido en Madrid y en tu pueblo durante la residencia de Johanna. ¿Ya tenéis planes o cómo avanza el proceso de colaboración? Vais a tener una exposición en la ciudad de Oulu en 2026, y luego en nuestra galería.
La colaboración con Johanna está siendo un espacio de aprendizaje e intercambio muy enriquecedor y fértil. Hemos conversado con calma y también creado un mapa mental para situar nuestras prácticas y encontrar elementos comunes sobre los que profundizar de cara a futuros proyectos. Además, hemos visitado exposiciones y conocido a artistas y gestoras culturales vinculadas al arte textil desde diversas perspectivas, una línea de trabajo que ambas compartimos. El proceso de colaboración está siendo muy natural y profundo, y creo que, de forma orgánica, iremos encontrando las maneras de construir una narración común a partir de nuestros trabajos.
En 2026, Oulu será Capital Europea de la Cultura. ¿Has colaborado antes con alguna Capital Europea de la Cultura?
No, nunca antes había colaborado en una celebración similar. Esta será la primera vez y es un verdadero honor formar parte de esta experiencia, que sin duda será una gran oportunidad y un gran aprendizaje. Además, estoy muy agradecida de compartir esta aventura con artistas a quienes admiro profundamente, como Miguel Sbastida, Antti Leinonen y la propia Johanna Pöykkö.
La temática central de Oulu2026 es el “cambio climático cultural”. ¿Cómo crees que se relaciona con vuestra colaboración?
Tanto el trabajo de Johanna como el mío recuperan una mirada atenta hacia las tradiciones y los procesos hechos a mano, realizados con lentitud y cuidado. Ambas repensamos procedimientos tradicionalmente vinculados a lo femenino, lo íntimo y lo doméstico. En estos procesos, nos comprometemos tanto con el entorno emocional como con el medioambiental. Pienso que tanto la cultura como las tradiciones son factores clave dentro del cambio climático cultural. Creo que es absolutamente necesario incorporar una perspectiva ecofeminista para imaginar un futuro posible y sostenible para nuestro planeta.
Vives y trabajas en un pueblo de la sierra de Madrid, y estás involucrada en ISLA, una residencia artística rural. En Finlandia también estarás en una residencia medio rural. ¿Cómo ves el papel de las residencias artísticas rurales? ¿Qué aporta alejarse de las ciudades?
Para mí, es fundamental trabajar desde estos entornos, porque es coherente con mi proceso de investigación artística. Las periferias me ofrecen la posibilidad de relacionarme de una forma mucho más calmada y real con el entorno, aterrizando en el paisaje y conectando con las personas que lo habitan. En estos contextos rurales es más natural y sencillo hibridar lenguajes contemporáneos con metodologías ligadas a las tradiciones y al uso de materiales naturales renovables. El papel de estas residencias se relaciona claramente con la posibilidad de ofrecer a los artistas contextos de creación más pausados, menos ruidosos y condicionados por los ritmos actuales de hiperconexión y multitarea.


