El concierto que Kari Ikonen trio ofreció en el club Bogui jazz de Madrid fue, sin duda alguna, todo un éxito. El público asistente recibió una dosis de buen jazz finlandés, con fuerte presencia de sonidos innovadores. La banda está formada por el pianista Kari Ikonen, el baterista Markku Ounaskari y el contrabajista Ara Yaralan, con quienes tuvimos el placer de hablar sobre música jazz, y preguntarles cómo nace su música distintiva.
¿Por qué jazz? ¿Qué te hizo decidirte por este estilo musical?
Kari: En mi caso, fue decisivo el ejemplo de mi hermano mayor, que tocaba la batería y escuchaba a jazz fusión. Él me introdujo en el mundo del jazz. En casa teníamos discos de Chick Corea, de los Brecker Brothers, de Miles Davis y cosas así, que yo entonces escuchaba y así aprendí a tocar algo por mi cuenta. Luego me aceptaron en la escuela de música de Jyväskylä, en el departamento de pop y jazz, donde enseñaba un excelente profesor de piano, Antti Laukkanen. Después de un par de años allí, para mí fue claro que me iba a quedar con el jazz.
Markku: De la zona de donde procede Kari, y precisamente del grupo de estudiantes de ese profesor, han salido muchos pianistas de jazz buenísimos. Se podría decir que casi 9 decada 10 buenos pianistas jazz proceden de ahí.
K: Es verdad. Antti tiene una filosofía de enseñanza particular. Te da ejemplos y discos para que los escuches, pero luego tú mismo tienes que encontrar tu estilo y tu propia dirección. Es un método muy eficaz que da buenos resultados. Si el profesor te entrega todo ya hecho, toca así, ensaya esto, este tipo de figuras aquí, usa estas pautas allá, la música suena forzada y falsa. En realidad, estás llevando el estudiante más lejos de la música. Pero si el estudiante aprende escuchando discos, sin que nadie intervenga, el resultado es completamente distinto.
Tus composiciones han sido descritas como distintivas e innovadoras. ¿Cómo nacen tus obras y de donde surgen las ideas?
K: Es una buena pregunta… Es difícil decir de donde surgen las ideas, pero por lo menos las influencias musicales proceden de una gran variedad de fuentes. He escuchado mucha música jazz, pero también una gran cantidad de sonidos clásicos, contemporáneos y folclóricos de diferentes países y culturas musicales. Por lo menos, así de golpe, me vienen a la cabeza Oriente medio, África y Brasil. Lo que resulta un poco extraño es que de Finlandia tengo muy pocas influencias musicales. Otro tipo de arte finlandés me puede inspirar de cierta manera. Si veo una exposición que me inspira para una idea musical, es un camino subconsciente casi imposible de trazar. De los compositores finlandeses, los que más he escuchado son Sibelius y Rautavaara.
M: Tengo que decir que en mi opinión, tu música si que tiene influencias finlandesas también, y se oye lo finlandés en ella. Sobre todo cuando la miras en una escala más amplia y coges un gran número de composiciones, entonces sabes inmediatamente que son finlandesas. A lo mejor es justo eso, que nacen de un ancho espectro de influencias por debajo de todo y de ahí brota el carácter finlandés.
Esta vez estáis de gira únicamente por España y Portugal ¿Es vuestra primera vez tocando en estos países?
K: Con diferentes proyectos hacemos giras por diferentes países y esta vez, por casualidad, nos han tocado España y Portugal. En 2006 participé en un proyecto de tres meses en Portugal, con músicos locales, componiendo y tocando en el club donde vamos a tocar esta vez también. Después, he visitado el club de vez en cuando. En Bilbao he estado una vez, nada más, cuando actuamos allí con músicos nórdicos que entonces vivían en Barcelona.
Tenéis un conjunto completamente nuevo, no habéis tocado con esta formación antes. ¿Cómo os encontrasteis y acabasteis haciendo música juntos?
K: Markku y yo llevamos bastante tiempo tocando juntos, hemos tocado en distintas ocasiones y de hecho, tuvimos un trio con un bajista finlandés durante un tiempo por un momento. A Ara lo conocí en Tallin, en la Academia Estonia de Música y Teatro, donde llevaba dando clases unos 4-5 años. Solía organizar clases en grupo, juntando a todos mis estudiantes de piano, un baterista y un bajista. A menudo ese bajista era Ara. Markku y yo pensamos que nos gustaría seguir con el trio que habíamos tenido y empezamos a buscar opciones para el bajista. Probamos a tocar con Ara y fue muy natural.
¿Amor a la primera vista entonces?
K: ¡Eso se podría decir! Desde el principio los tres íbamos muy claramente en la misma dirección, y tocar juntos fue para nosotros algo natural.
He entendido que también trabajas como profesor. ¿Cuánto le dedicas a eso?
K: En Tallin solía dar clases una vez al mes y en el departamento de jazz de la Academia Sibelius en Helsinki. Normalmente doy clases para complementar mi subsistencia básica, pero me quiero concentrar en la creación de arte. Enseñar es divertido e interesante cuando lo haces poco. Conoces músicos jóvenes y puedes ver hacia donde se están dirigiendo y a la vez tienes la oportunidad de influir en lo que hacen y dirigirlos, para que encuentren un camino adecuado.
¿Qué piensas de la nueva generación de jazz?
K: Ahora mismo también a escala mundial, se enseña muchísimo la música jazz, y hay buenas escuelas de jazz en cada ciudad más o menos grande. Hay algunas diferencias regionales, pero en mi opinión, todos los músicos suenan igual, adonde quiera que vayas. Además está el hecho de que en mi opinión hay demasiados músicos comparado con la cantidad de trabajo disponible. Hay poco público, conciertos, oportunidades de actuación y venta de discos en proporción al número de músicos. Existe un exceso de formación en este momento y, lo que más me molesta es que la mayoría de los estudiantes adoptan el mismo estilo musical. Solo de vez en cuando salen personalidades que poseen su propio sonido y que se separan de la masa.
¿Por qué atrae el jazz? ¿Por qué hay tanta gente que lo quiere estudiar?
M: Me parece que en general, hoy en día se estudia mucho todo lo que tiene que ver con él arte y sus disciplinas. Puede que sea la libertad, que tienen esas materias lo que atrae a los jóvenes.
En alguna ocasión has hablado de lo que denominas “jazz de museo”. ¿Qué quiere decir?
K: Es un término propio y quiere decir que se toca exacta y de la misma manera que en Estados Unidos en los años 1960. En ese sentido, el jazz es una forma de arte muy peculiar. Mientras que en cualquier otra escuela artística se está constantemente buscando nuevas direcciones, se trabaja con ganas de desarrollar el arte y mantenerlo fresco, el jazz se concentra en lo que se hacía en los Estados Unidos en los años 60, por decirlo de una manera simple.
Si quieres escuchar Bright, el disco de Kari Ikonen Trio, está disponible en la biblioteca del Instituto Iberoamericano de Finlandia.